18 de abril de 2014

Resumen del desarrollo económico y social de Linares a lo largo de la historia

Linares no aparece en los archivos históricos como tal hasta 1155, reinando Alfonso VII, siempre sometida a la jurisdicción de Baeza (ciudad mucho más importante que Linares en aquellos tiempos). Por entonces Linares no era más que una pequeña aldea que se disponía alrededor de un castillo de origen árabe. A mediados del siglo XVI gracias a la agricultura y a la ganadería aumenta la actividad comercial y la población, con lo que Felipe II otorga a Linares el título de villa. En los siglos XVII y XVIII la actividad minera aumenta considerablemente, centrándose fundamentalmente en la extracción de plomo. En el siglo XIX Linares se consolida como uno de los centros más importantes de la provincia de Jaén. Será con la llegada de nuevas maquinarias y técnicas de minería, así como nuevos medios de transporte como el ferrocarril, cuando Linares alcance los años de mayor apogeo. El ferrocarril facilita la salida del mineral y de los productos derivados, así como posibilita la llegada de emigrantes procedentes de todos los confines. La ciudad alcanza unos niveles de dinamismo, prosperidad y cosmopolitismo inauditos en la región, las calles repletas de gente ven crear varias líneas de tranvía. En 1873 Amadeo I crea el marquesado de Linares. Los primeros Marqueses de Linares D. José de Murga y Dña. Raimunda de Osorio costean algunos edificios públicos y ceden suelo para necesarias zonas de esparcimiento ajardinadas. En unas décadas se multiplica la población por seis y se obtiene el título de ciudad, otorgado en 1875 por Alfonso XII. Países como Francia, Alemania, Gran Bretaña y Bélgica abren delegaciones diplomáticas. Se crean casinos, cines, el Hospital de los Marqueses, el Monte de Piedad, un nuevo mercado, el Banco de España abre una importante delegación, las clases altas construyen edificios modernistas. A la par de tanta prosperidad, aparece un fuerte y arraigado movimiento obrero que surge de las desigualdades y de la explotación de los trabajadores en las minas. En el siglo XX la actividad minera decae, hasta el punto de que cierran todas las minas. Paralelamente se desarrolla una potente industria fabril, de la que Santana Motor es el buque insignia. Nacen los grandes barrios obreros periféricos.
Los inicios del siglo XXI traen a Linares la diversificación, el declive y el final de Santana. La ciudad se centra en los servicios como uno de sus principales ejes económicos. Se abren grandes superficies de renombre nacional y se pone en marcha el Centro Comercial Abierto, con la consecuente reurbanización de las calles más céntricas.

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